miércoles, 27 de junio de 2012

Santa Juana

"El director me amarró a la estaca, le mandó prender fuego y ni siquiera filmó la escena. Vio cómo se me acercaban las llamas. Quería verme asustada para convertirme en su Santa Juana. Me hubiera dejado consumirme allí, el hijo de puta. Los técnicos me salvaron cuando las llamas tocaron mi suplicio. El director estaba feliz; yo ya había sufrido: era santa. No me dejó ser rebelde. Fracasamos los dos."


Era indescriptible. Era una incitación, un regalo, una locura. La calidad de los encajes y las sedas, la manera de entretejerse, abrirse y cerrarse, revelar y ocultar, imitar y transformar, parecerse y desaparecerse, contrastaban maravillosamente con esa simplicidad guerrera, andrógina, que ya noté: Diana la santa combatiente, Diana, la gamine parisina. Me censuré a mí mismo. Ella odiaba esa palabra. Désolé.


-Carlos Fuentes, 
en "Diana o la cazadora solitaria"


[Photo: Jean Seberg en 1958, by Mario Dondero]


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