Utopía como anhelo, como impulso, como crítica a lo que ya existe y se ha marchitado por el uso, las convenciones y el desgaste del tiempo y de los hombres. Utopía, pero no como proyecto irrealizable, no como lugar que no existe. Utopía como "buen lugar".
La vida es un soplo. Todo acaba. Me dicen que después de que yo muera, otras personas verán mi obra. Pero esas personas también morirán. Y vendrán otras, que también se irán. La inmortalidad es una fantasía, una manera de olvidar la realidad. Lo que importa, mientras estamos aquí, es la vida, la gente. Abrazar a los amigos, vivir feliz. Cambiar el mundo. Y nada más.
- Óscar Niemeyer -
[Photo: María Pagés]