Tras la muerte de los seres, tras la destrucción de las cosas, tan sólo, más frágiles, pero también más vivaces, más inmateriales, más persistentes, más fieles, el olor y el sabor permanecen aun largo tiempo, al igual que las almas, haciéndose presentes, expectantes, confiados, cuando todo el resto es ya ruina, soportando sin desmayo, en su gotear imperceptible, el inmenso edificio del recuerdo.
-En busca del tiempo perdido, M.Proust-
[Photo: monocromo Flickr]